Agonizando estuvo durante cinco horas mientras el “presunto” homicida pensaba qué hacer. Después de sumirla a golpes en el estado de coma, Bertrand Cantat trataba de aclarar sus ideas para indagar la salida menos perjudicial para sí mismo. Probablemente, durante esas cinco horas en las que la vida de Marie Trintignant iba cediendo desasistida, violentada y sacrificada, Bertrant Cantat emplearía la mayor parte del tiempo de espera en cavilar sobre alternativas que le sirvieran para construir un argumento sostenible ante la policía. Porque esta vez aquello se iba a descubrir.
Una espesa densidad de horas con Trintignant muriendo y Cantat maquinando cómo evadir la responsabilidad. Es casi seguro que escucharía su respiración debilitada, que la viscosidad de la sangre coagularía ante su vista, incluso que movimientos reflejos de un cuerpo descompuesto por la violencia acompañarían la nerviosa desafección reflexiva de Bertrant Cantat con Marie Trintignant expirando.
No obstante, ajeno aguardó Bertrant la quinta parte de un día para alertar a las autoridades sobre su crimen, autoridades que procurarían una asistencia que se reveló tardía.
Marie Trintignant estaba rodando una película en Vilnius, la capital de una de las repúblicas bálticas tan geográficamente próximas como anímicamente ajenas a Rusia. Allí acudió su pareja, el cantante francés Bertrant Cantat, a matarla. Ignoramos si en algún instante hubo premeditación homicida, aunque la premeditación es un proceso de complejidad psicológica demasiado evasiva como para caber en una palabra.
Los medios de comunicación han barajado diversas hipótesis acerca de las causas que llevaron a Cantat a, presuntamente, matarla a golpes revestidos del descabello execrable de la indiferencia. Con la presunción de inocencia en la mano, habría que condenarle al infierno sólo por esperar a ver cómo se desangra una vida por él descalabrada. Algunos comentarios dejan traslucir que los celos del agresor y tal vez alguna ingesta de drogas hayan tenido aparentemente algo causal que ver.
El 15 de octubre de 2007, tras cuatro años de cárcel, Cantat salió de la prisión de Muret (departamento francés de Haute Garonne) al serle concedida la libertad condicional por su buena conducta y su "clara intención de reinserción social". Tenía terminantemente prohibido hablar en público del caso Trintignant y utilizar el nombre de la fallecida en ninguna canción, así como producir videoclips de promoción.
Cantat se escondió en Las Landas y comenzó a urdir lo que, un año después, acabó viendo la luz: el regreso de Noir Désir. Dos nuevas canciones, Ganadores / Perdedores y Le temps des cerises quedaron colgadas en la Red dentro de la nueva web oficial de la banda (www.noirdez.com). En cosa de cuatro días, y sólo en YouTube, los dos temas recibieron más de 125.000 visitas.
Una espesa densidad de horas con Trintignant muriendo y Cantat maquinando cómo evadir la responsabilidad. Es casi seguro que escucharía su respiración debilitada, que la viscosidad de la sangre coagularía ante su vista, incluso que movimientos reflejos de un cuerpo descompuesto por la violencia acompañarían la nerviosa desafección reflexiva de Bertrant Cantat con Marie Trintignant expirando.
No obstante, ajeno aguardó Bertrant la quinta parte de un día para alertar a las autoridades sobre su crimen, autoridades que procurarían una asistencia que se reveló tardía.
Marie Trintignant estaba rodando una película en Vilnius, la capital de una de las repúblicas bálticas tan geográficamente próximas como anímicamente ajenas a Rusia. Allí acudió su pareja, el cantante francés Bertrant Cantat, a matarla. Ignoramos si en algún instante hubo premeditación homicida, aunque la premeditación es un proceso de complejidad psicológica demasiado evasiva como para caber en una palabra.
Los medios de comunicación han barajado diversas hipótesis acerca de las causas que llevaron a Cantat a, presuntamente, matarla a golpes revestidos del descabello execrable de la indiferencia. Con la presunción de inocencia en la mano, habría que condenarle al infierno sólo por esperar a ver cómo se desangra una vida por él descalabrada. Algunos comentarios dejan traslucir que los celos del agresor y tal vez alguna ingesta de drogas hayan tenido aparentemente algo causal que ver.
El 15 de octubre de 2007, tras cuatro años de cárcel, Cantat salió de la prisión de Muret (departamento francés de Haute Garonne) al serle concedida la libertad condicional por su buena conducta y su "clara intención de reinserción social". Tenía terminantemente prohibido hablar en público del caso Trintignant y utilizar el nombre de la fallecida en ninguna canción, así como producir videoclips de promoción.
Cantat se escondió en Las Landas y comenzó a urdir lo que, un año después, acabó viendo la luz: el regreso de Noir Désir. Dos nuevas canciones, Ganadores / Perdedores y Le temps des cerises quedaron colgadas en la Red dentro de la nueva web oficial de la banda (www.noirdez.com). En cosa de cuatro días, y sólo en YouTube, los dos temas recibieron más de 125.000 visitas.
Fuente: El rincón de Basileia
Después de poneros en antecedentes, leed esta noticia que ha salido hoy en El Mundo.
Leedla bien y decidme si la frase "se extralimitó con la fuerza durante una discusión" os parece correcta para referirse al asesinato de una persona. Decidme si no están haciendo que parezca un "santo", cuando es un vulgar asesino.
¿No os da la sensación que según la categoría y la fama que tengas, para los medios puedes ser un hijo de puta asesino o un pobre hombre que sin querer pegó un mal guantazo?.
Os juro que me ha entrado una indignación tremenda al leer este artículo, teniendo en cuenta que una de las mejores webs que existen en España, sobre violencia de género, es de El Mundo.
¿Qué opináis vosotros?.
Os juro que me ha entrado una indignación tremenda al leer este artículo, teniendo en cuenta que una de las mejores webs que existen en España, sobre violencia de género, es de El Mundo.
¿Qué opináis vosotros?.
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4 comentarios
Write comentariosSeamos sinceros, si eres una persona adinerada la prensa te trata de otra forma y si fueras un chico normal, de la calle entonces la prensa no te trataria de igual manera.
ReplyPara mí es indignante, si te soy sincero.
Un abrazo.
La prensa no trata por igual a todas la personas, es lo que más me indigna.
ReplyEstoy de acuerdo contigo, la frase de marras es indignante.
Salu2.
Lo leo más "El País", además esa frase es vergonzosa.
ReplyUn abrazo.
Pues no me parece correcta, si te soy sincera.
ReplyAdemás leido la historia es hasta estremecedora.
¡¡ UN BESITO !!
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