> Luna granate.

Luna granate ¿Por donde empezar?. Cuando has vivido tan cerca de la verdad desde el mismísimo momento de tu concepción y has cargado con su peso durante más de 232 lunas, una que otra azul, roja o en especial humana, es realmente cuando comienzas a preguntarte si deberías o no hacer a un lado todo lo que se te inculcó.

El inexplorado mundo a tu alrededor parece tentador y apetecible, no tanto por él en sí, sino más bien por lo que en sus oscuros cielos se avista…

He de llamarla Luna,  pues, ¿que otro nombre podría ser más fiel a su aroma que ese?.

Comenzaré por describirla, ella era… inigualable, puede que la causa de que utilice tal palabra sea mi acrecentado desinterés tanto por la sociedad circundante como por el sexo y tantos otros temas integrantes de la misma que me han llevado a no tener tanta experiencia y quizá, exagerar; pero sin desviarnos del tema, aún puedo recordar el color de su piel, era como la de mi eterna compañera, con la del astro, en pocas ocasiones, que inspira mi actitud de bardo… su cabello que coqueteaba con el viento se asemejaba a gavillas, su sonrisa tan cautivadora me atrapaba con extrema facilidad, al igual que cada movimiento de su cuerpo, sus delgadas extremidades, su extensos dedos…

¿Ya pueden notar el gigantesco parecido?.

Luna, luna, luna, te conocí en una noche muy distinta a esa y a esta, fumabas tu último cigarrillo en  una banca corroída por el óxido, prometiéndote a ti misma que no volverías a probar otro; aún ahora no logro comprender el porque pero de alguna forma no repudie esa forma de actuar, parecía que esperabas a las gotas de la tormenta próxima para que calmaran tu ser y apagaran tu vicio.

No solía hablar con extraños pero ese día lo hice, suavemente me situé a tu lado y empecé con un pequeño poema que no recuerdo muy bien, para cuando hube terminado volteaste a verme sorprendida y medio segundo después estábamos empapados al igual que todo a nuestro alrededor, reímos largo rato antes de percatarnos que éramos completos desconocidos, aunque creo que en realidad nunca nos dimos cuenta de ello, simplemente paramos de reír y nuestras miradas quedaron enlazadas durante horas y de nuestras bocas solo susurros que el agua se empeñaba en acallar.

Amabas las tormentas, incluso más que yo, amabas ese sonido ensordecedor de los truenos y ver tu aliento como vaho a causa del repentino frío que venía con ellas.

Y fueron esas tormentas que tanto amabas las que acabaron con cada respiro jubiloso de tu emocionante existencia, fueron ellas las que terminaron por alejarte de mí.

Llamo a mi puerta un sábado de invierno por la madrugada, cuando la penumbra aún se encuentra en las calles acompañada de un espeso velo de bruma gélida, llamó como pocas veces lo hacía, tocando tres veces seguidas con una pausa antes de hacerlo dos veces más, para mi desgracia, estaba despierto, de otra forma mi pesada manera de dormir me habría impedido escucharle.

Apartando mis ojos del ordenador portátil, abrí la puerta y la encontré muy afectada a una chaqueta térmica de color negro a punto de tiritar, me sonrió como solía  hacerlo cada vez que nuestros ojos se encontraban en el lugar que fuese y se abrió paso al interior del apartamento.

Antes de decir cualquier cosa, le ayudé a despojarse de la chaqueta y le ofrecí una taza de café recién hecho, sin pizca de azúcar alguna, como le encantaba, pero antes de probarlo, se sostuvo sobre las puntas de sus ballerinas y aprisionó suavemente mi labio inferior entre los suyos dejando escapar una risilla pícara a la vez que abandonaba en mi boca el sabor a fresas de la suya, volvía a su postura anterior, recibía la taza de mis manos y bebía su primer sorbo de café sin dejar de mirarme.

Cuando estaba por empezar el segundo, se dirigió a la mesa, se sentó y dejando su taza a un lado me preguntó:
-- ¿Que estás leyendo? –.
-- Nada interesante –. Respondí, sabiendo que al hacerlo haría que su curiosidad aumentara inexorablemente.
-- ¿Nada interesante?, veamos que tienes aquí…

Como una dedicada investigadora de criminalística, recorrió todo documento que en mi mesa se encontraba, sin olvidarse, claro está, del portátil.

Cuando terminó, me dijo con algarabía:
-- Debemos ir al lugar, la historia parece muy prometedora y a diferencia de otras, muy creíble también.
-- Algún día…(dije fingiendo aburrimiento), algún día.

De haber sabido lo que sucedería, la habría llevado en esa misma noche.

Lamentablemente no había forma alguna de saberlo, y los sucesos que ocurrieron a la mañana siguiente me atormentarán durante toda mi existencia.

Si tan sólo no hubiera estado despierto esa madrugada, si tan sólo el café hubiera hecho efecto esa noche, si tan sólo no hubiera descuidado las ataduras de mi instinto, si tan sólo no me hubiera dejado aherrojar por sus dulces caricias y su perfume a rosas, a Luna, a ensoñación deliberada. Si tan sólo me hubiera alejado de la verdad…

Onion - Rodrigo Porque  horas más tarde, desperté en mi habitación inquietado pero el penetrante olor a hierro; llovía… y en las sombras pude percibir que las  sábanas estaban húmedas y cálidas al igual que mis manos, busqué a Luna…

Yacía a mi lado con su mano izquierda sobre mi mejilla derecha, mirando el vacío con extraños ojos abismales, reposando su constitución sobre un charco… de sangre…

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6 comentarios

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16 de enero de 2010, 17:05 delete

Que historia más buena, madre mía.

Aunque la pena fue el final, ¿falleció o sigue viva?...

Salu2.

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Unknown
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16 de enero de 2010, 18:30 delete

Impresionante historia, me ha encantado.

Un abrazo.

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ANRAFERA
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16 de enero de 2010, 18:56 delete

Muy buen relato. Enhorabuena. Saludos.

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16 de enero de 2010, 21:55 delete

Odio las historias que acaban con puntos suspensivos, me ponen negra.

Pero he de reconocer que es una buena historia.

¡¡ UN BESITO !!

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Anónimo
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16 de diciembre de 2010, 20:15 delete

me parecio haber leido este relato en otra parte pero el autor era de diferente nombre. Estas seguro que lo escribistes?

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Louis
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18 de enero de 2011, 17:47 delete

Esta historia me trae recuerdos... de cuando la escribí en www.relatos-cortos.com. ¬¬

http://www.relatos-cortos.com/Luna_Granate/14360

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