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- Fuente: violenciadegenero.info.
Tenía 14 años cuando empecé a salir con un chico de mi instituto, que tenía un año más que yo. Actualmente voy a cumplir 20 y es como si lo hubiera sufrido ayer. Al principio de la relación era todo muy bonito, se portaba muy bien conmigo, yo estaba más que feliz, y como todo el mundo a esa edad, me ilusioné mucho, es más, demasiado…
Cuando llevábamos tres meses juntos empezamos a discutir, normal, como cualquier pareja por algún choque, desacuerdo… Luego empezaron a empeorar esas discusiones con insultos que me hacían sentir mal, pero que aun así comprendía que en el momento de una discusión alguien puede alterarse y decir cosas de las que luego quizá se arrepienta.
Poco a poco empezó a tratarme como una posesión más que como su pareja. Me registraba el móvil, me borró todos mis contactos del messenger, me prohibía quedar con mis amigos y amigas porque pensaba que le dejaría por alguno/a de ellos/as, sin darle yo motivos para pensarlo…
Un día se lo conté a una de las pocas amigas que me quedaban, y me mandó un SMS sin saber que él estaba conmigo diciéndome que si la cosa seguía así sería mejor que lo dejara porque sólo me perjudicaría y podría acabar peor. Cuando él lo leyó, le mandó un SMS que no pude leer y a raíz del cual ella no volvió a hablarme, y en ese momento empezaron los maltratos físicos. Me preguntó qué le había dicho para que contestara eso, que si es que le iba a dejar por alguien, y así día tras día.
Cuando llegué a bachillerato en un nuevo instituto muchos de mi clase habían sido compañeros de él anteriormente, pero tenían una idea de él bastante distinta de la que luego vieron. Al final terminó enterándose todo el instituto. Algunos se mofaban de mí y otros intentaban darme consejo y ayudarme, pero yo no me dejaba, lo veía como una rutina y algo normal, como si yo tuviera la culpa y fuera normal que el respondiera así.
En casa ya no sabía qué excusas poner, llegaba con golpes por todos lados, medio llorando. Una vez, debido a otra discusión acabó amenazándome poniéndome un cuchillo en el cuello y no me dejaba irme. Finalmente, cogió y me echó literalmente a patadas de su casa sin dejar que me pudiera soltar.
Cuando llegué a casa mi madre preguntó qué me había pasado como todos los días y yo únicamente decia “nada, que me he pegado con una chica de mi clase”.
Yo nunca fui muy trabajadora en educación física, pero un día le dije a la profesora: “hoy no puedo hacer gimnasia, no puedo moverme porque me duele todo el cuerpo”. Me exigió una razón más concreta y hablando con ella a solas se lo conté, le enseñé mis marcas y llamó a la Policía y a mi madre.
Entre todos me ‘obligaron’ a declarar, y digo obligaron porque yo todavía seguía cegada, seguía sin quererlo ver, pero al ser menor de edad me arrastraba mi madre. Varios días después vinieron policías a mi instituto para sacarme en plena clase y hacerme un par de preguntas, por lo que yo estaba completamente agobiada, y aun así él y yo seguíamos quedando y comunicándonos.
Hasta que una de mis amigas del instituto que iba un curso más avanzado empezó a hacerme salir más de casa con algunos amigos más de mi clase, la chica se enamoró de mí y creo que fue gracias a eso por lo que abrí los ojos. Ella me hacía sentir bien, que alguien se preocupaba por mi y mi vida valía mas que todo lo que estaba pasando, que eso no era normal, sino que me había malacostumbrado a ello.
Al final, me enamoré también yo de ella y por fin pude abrir los ojos y ver todo con claridad, y cuando me llamaron para declarar lo hice como debí hacerlo el mismo día de la denuncia, segura de mí misma y tirando hacia delante.
Aun así, del juicio no se sabe nada después de tres años. Entiendo que estas cosas vayan despacio, pero teniendo en cuenta que corre peligro la vida de una persona, no sé como pueden tomárselo con tanta parsimonia.
Pero bueno, lo importante es que ahora soy feliz, y para bien o para mal me sirvió de mucho esa experiencia.
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3 comentarios
Write comentariosUna historia estremecedora, pero gracias a sus nuevos amigos y a su novia, pudo desenmascarar a este cabrón.
ReplyEsperar 3 años por ese juicio me parece fuerte, porque el joputa ese está suelto, ojalá lo metan en chirona de una p... vez.
Salu2.
Historia interesante que por suete tuvo un final feliz aunque por otro que lleve esperando 3 años por dicho juicio.
ReplyUn abrazo.
Y mientras tanto lo jueces rascándose sus partes.
ReplyBuena historia con un buen final.
¡¡ UN BESITO !!
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