Cuando estamos con los amigos que hace tiempo que nos nos vemos, siempre recordamos nuestra etapa cuando estábamos en el colegio, en el instituto o en la universidad.
Según contaba mi madre, cuando ya cumplí la edad para entrar al colegio y mi primer día digamos que la hice sudar de lo lindo.
Yo llorando, chillando y agarrado a una farola diciéndole a mi madre: “No quiero entrar, no quiero entrar, quiero estar en casa”.
Y mi madre diciéndome: “Si es por tu bien hombre, ya verás como haces buenos amigos y te lo pasas bien”.
He de reconocer que mi primer día lo pasé mal (como todo ser humano que empieza al cole), aunque siempre está el típico que ya estaba contando las horas para entrar al colegio. Aunque he de decir que mi primer día fue estupendo y conocí a buenas personas.
Cuando llegué a sexto curso, ahí supe lo que era estudiar de veras (aunque siempre fui muy vago, lo reconozco) y con el cambio de profesores aquello era de lo más y siempre teníamos a la típica profesora borde y desde el primer día ya nos coge manía.
A mi me pasó con la profesora de inglés, aunque con sólo decir u oír su nombre me daba un ataque de risa (se llamaba Genoveva, alias “la xua”) y claro siempre me tenía entre ceja y ceja, vamos, que me tenía enfilado.
Con todos los profesores siempre me he llevado bien, excepto con la de inglés, que siempre estábamos de bronca.
Con dicha profesora tuve muchas broncas y la más sonora fue cuando estaba en 7º de E.G.B, que al acabar un examen y una vez entregado a la profesora, me dirigí a mi mesa y estuve haciendo otras cosas para matar el tiempo.
Mi sorpresa fue la siguiente: se levanta la profesora, me quita todo lo que tenía en la mesa incluso lo que tenía en el pupitre y me lo lanza todo con mala leche a una esquina del aula.
Yo sorprendido le digo a mi profesora con buena educación (que para eso mis padres me pagaban) a lo que me contestó ella: “Yo aquí hago lo que me da la gana y tu no eres quien para decir lo que hago o dejo de hacer”.
Después de decirle cuatro verdades una de ellas fue lo siguiente: “Pues yo no tengo la culpa de que usted sea una amargada y resentida”, me manda a junto la directora.
Estuve 2 semanas expulsado y eso que no conseguí que ningún compañero me defendiera y contara a la directora lo que pasó en dicho examen.
Al llegar a 8º de EGB seguía con la misma cruzada con la profesora de dicha asignatura (que no entendía después de las putadas que me hizo a mi y algunos de sus compañeros, los demás no hicieran nada para defendernos), pero eso sí también nos daba una asignatura más aparte de la de inglés (Religión, si Dios llegara a bajar, le metía un par de ostias bien dadas) y para mas inri también se convirtió en mi tutora.
A finales de curso y ya contando las horas para librarme de esa estúpida profesora (por no llamarla otra cosa) estaba preguntando que nos gustaría estudiar cuando salgamos de este colegio, a mi ya ni me pregunta, me dice:
-- “Sr. Estefan, para dentro de unos años le veo sirviendo mesas en un bar de mala muerte”.
A lo que yo le contesto:
-- “Sra. Genoveva (aguantando la risa) yo para dentro de unos años la sigo viendo sola, viviendo con gatos y al cabo de un tiempo, enterrada a dos metros bajo tierra”.
Le debió de doler mucho aquellas palabras, porque al final acabó llorando y yo para rematar la faena le suelto:
-- “Ahora siente lo que yo sentí estos años de sufrimiento con usted” (que a gustito me quedé).
Más adelante, en la asignatura de “Gallego” también nos preguntó que haríamos cuando abandonemos el colegio, mi respuesta fue la siguiente:
-- “Pues perder de vista a mis compañeros de clase y a la profesora de inglés, que me me las hizo bien gordas, porque después de haberlas pasado canutas, ningún compañero de esta clase me apoyó ni me ayudó”.
El profesor de gallego quedó flipadísimo ante tal contestación y mis compañeros mirándome con cara de odio.
Y a partir de ahí,no quise (ni quiero) saber nada más de mis compañeros.
Hasta aquí mi odisea en el colegio, en el próximo “Mi Diario” os cuento mi aventura en el instituto.
Os dejo algunas perlas de mi paso por el colegio, respondidas por mis compañeros de clase.
Pregunta: ¿Que quieres ser de mayor?.
Respuesta: Guapo y millonario.
Pregunta: ¿Quien es un mol?.
Respuesta: Un tío cojonudo que inventó los preservativos y la Game Boy.
Hasta la próxima.
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2 comentarios
Write comentariosPues mi época en el colegio fue también pelín traumatica...pero no con las profesoras, sino con las compañeras. Sufrí lo que hoy se denomina mobbing, pero sin moviles para grabarlo.
ReplyLa verdad es que no me entra en la cabeza cómo una profesora de colegio, con niños de tan "tierna" edad, pueda ser así....vale que en octavo ya estabas con el pavo en la chepa, pero aún así no lo entiendo...es su trabajo y si no les gusta, que se dediquen a ser otra cosa...no sé, camarera, que no le veo nada denigrante, es más (y esto mejor que lo diga Celso) creo que el merito de un camarero es de quitarse el sombrero.
Besos y aquí me quedo, esperando más capítulos de tu diario..jeje.
Dios !!!, que asco de mujer, la de inglés; yo ya tenía fama de borde en el colegio.
ReplyY si, lo de camarero es un trabajo digno como cualquier otro, además a ver si ella era capaz de aguantar 10 horas de pie de un lado para otro.
Un abrazo nene.
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