> Una pandemia de Violencia machista desgarra Latinoamérica.

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Una pandemia de violencia machista desgarra Latinoamérica Foto: Manifestación en Ciudad de México en protesta por la violencia contra las mujeres en 2.002.

Rashida Manjoo, Relatora de Naciones Unidas sobre Violencia contra la Mujer, recientemente ha dado a conocer cifras actualizadas respecto a violencia de género en Latinoamérica. Desde Madrid, la Universidad Carlos III ha dado resonancia a estar lacerante realidad que parece acentuarse con especial saña, en países centroamericanos.

Con los datos últimos a que se puede tener acceso, El Salvador tendría la tasa de crímenes contra las mujeres (feminicidio) mas alta del mundo. Esta nación centroamericana que luego de décadas de guerra civil afronta ahora la violencia de las "maras", ha visto como desde 2.000, la criminalidad contra las mujeres se ha disparado en un 197%. Los últimos reportes de policía van acompañados de cifras escalofriantes: de enero a octubre de 2010, se registraron oficialmente 477 asesinatos de mujeres.

En Honduras la situación de la tragedia no desciende: se puntualiza que entre 2.003 y 2.010 murieron 1.464 mujeres. La mayoría de ellas, un 45 por ciento tenían edades comprendidas entre 15 y 29 años.

En Guatemala el escenario es paradójico. Este país tiene una de las legislaciones más avanzadas en cuanto a detección, seguimiento y penalización de asesinatos de mujeres. Sin embargo es de los más violentos en este tipo de crímenes, en el ámbito latinoamericano. Entre 2.001 y 2.010 han muerto 5.300 mujeres en Guatemala. Desde que en 2008 se aprobó la ley contra el feminicidio, la cantidad de estos asesinatos ha aumentado en 400%.

Con este último caso se pone de manifiesto que uno de los grandes problemas entre las disposiciones legales y la realidad, es el reforzamiento ejecutivo de las leyes; hacer que las mismas tengan un impacto concreto en la realidad diaria de las sociedades. Una situación similar se hace evidente en otros campos tales como el derecho laboral. En muchos casos no se carece de leyes, sino que las mismas simplemente no se cumplen y con ello sellan su carácter de inexistencia operativa.

Además de que las leyes no llegan a tener aplicación en muchos casos, otro problema es el de la burocratización de la justicia, los premeditados enredos de los sistemas judiciales, por no decir abiertamente la corrupción de la que se ha tenido noticia, la que campea entre tribunales, jueces y subalternos. Es un conjunto de excelentes ingredientes para el desastre.

Aparte de los componentes culturales y del rampante machismo que impera en la región, uno de los factores que no protege a las mujeres (tanto como debiera) es que quienes cometen este tipo de asesinatos pueden detectar que las probabilidades de evitar una detección del hecho y una condena, no son abrumadoras. Los costos de las acciones no se hacen palpables, con lo cual se tienden a bloquear los desincentivos para cometerlas.

En estos casos no se trata de que los crímenes emerjan por acciones que se han ejecutado. Se trata de asesinatos por lo que la persona es y no por lo que se ha hecho o se hace. De entrada existe un principio de elemental ética y comportamiento moral que impide quitar la vida a otro ser. Menos mal que nos confesamos cristianos, peor sería.

En estos cuadros de tragedias diarias a las que con mucho nos hemos ido horriblemente acostumbrando, se hacen presentes componentes históricos añejados por una historia cultural de predominancia, brutalidad y exclusión que desembocan en estas realidades desgarradoras.

Ante la pregunta de ¿por qué los hombres emplean la violencia contra las mujeres? la Relatora Rashida Manjoo no duda en responder afiladamente: "porque pueden". Es la "razón" brutal del matón que conociendo por lo general a su víctima, descarga criminalmente en ella, su talante básico, primitivo, de superioridad de fuerza física.

Para Miguel Llorente, delegado del gobierno español al tema de violencia contra la mujer, el problema es de visibilidad y de impunidad. Hace ver que incluso la palabra feminicidio no está aceptada como vocablo. Pone de manifiesto cómo contra este tipo de crímenes, en contraste con lo que ocurre con el terrorismo, no se hace un énfasis elemental que es a todas luces indispensable.

En lo básico, se hace imperativo, como mínimo, la denuncia, el no relegar la trascendencia que tiene contra la humanidad de este tipo de crímenes, por menos interés económico y político inmediatos que los mismos puedan revestir. No podemos cumplir con nuestro deber de ser constructores de civilización mientras los derechos humanos pierden todo sentido para, cuando menos, la mitad de las personas del mundo.

Diego lo-nuestro@hotmail.es Aquí dispones de una vía de diálogo sobre esta lacra que afecta a toda la sociedad. También pretende ser una ventana abierta si eres víctima, familiar, vecino o amigo para alertar sobre situaciones de riesgo. Este es un lugar de reflexión para los que no se atreven a hablar y para los que sí lo pueden hacer.

Publicado por… Diego Martínez. Categoría… Violencia de Género.
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4 comentarios

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Unknown
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23 de febrero de 2011, 10:06 delete

El "porque pueden" no me vale.

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23 de febrero de 2011, 13:53 delete

Desde luego lo que pasa en Latinoamérica es desgarrador y eso de "porque pueden" tampoco me vale.

Salu2.

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23 de febrero de 2011, 15:03 delete

Indignante, solo me sale eta palabra.

¡¡ UN BESITO !!

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Unknown
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23 de febrero de 2011, 17:20 delete

Impresionante, estoy sin palabras.

Un abrazo.

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